Nuria Flames Bonilla

Nuria Flames Bonilla

Objeto con el que más trabaja:

Gusano

Proyecto ERC (STG): «Serotoninanddisease»:

Muchos trastornos mentales están relacionados con la disfunción de la serotonina, pero el mecanismo exacto que subyace a estos trastornos, no se comprende bien.

Los trastornos mentales relacionados con la serotonina (SRMD) son multigénicos, lo que dificulta la identificación de estos mecanismos. Las mutaciones en el motivo serotoninérgico pueden conducir a defectos en la expresión de los genes serotoninérgicos, lo que resulta en una neurona serotoninérgica disfuncional.

Vamos a construir una base de datos de todos los motivos humanos serotoninérgicos y buscaremos mutaciones en estos sitios en pacientes con SRMD.

Bio

Nací en Valencia en 1977. De pequeña me gustaba la ingeniería, probablemente por influencia de mi padre que era ingeniero industrial. Ambos fantaseábamos con la idea de montar coches eléctricos u otros cachivaches. Sin embargo, cuando empecé primaria, las clases de Biología despertaron mi interés sobre el funcionamiento de las «maquinas vivas» y mi fantasía de mecánica se desvió a la ingeniería genética.

Mis padres me transmitieron el orgullo al trabajo bien hecho, el creer en que se pueden alcanzar tus objetivos y el amor por la familia. Mi hermana mayor siempre fue mi protectora y la que me hacía reír si me hacía una herida.

Estudié Biología en la Universidad de Valencia y mi primer contacto con la Neurobiología fue gracias a una beca de estudiante del CSIC que me permitió pasar unos meses en el laboratorio de Jesús Ávila en Madrid. Recuerdo esa etapa con gran cariño, me sentí muy acogida, dentro y fuera del laboratorio  de Jesús guardo una frase que me acompaña y ayuda desde entonces: «Inaccesible al desaliento».

Por distintas carambolas del destino conocí a Oscar Marín en San Francisco, cuando aún era investigador post-doctoral allí. Me fascinó su trabajo en Neurobiología del Desarrollo y le propuse que me «adoptara» como su primer estudiante de doctorado. Pasamos 9 meses en San Francisco trabajando juntos hasta que Oscar (y yo con él) se mudó al Instituto de Neurociencias de Alicante a formar su propio grupo. De todos mis años de trabajo en el laboratorio, nunca he trabajado tan a gusto y me he reído tanto como en esta época.

Tras acabar mi tesis doctoral en Alicante me mudé a Nueva York, al laboratorio de Oliver Hobert, donde conocí y me enamoré del modelo animal C. elegans, un pequeño gusano con neuronas muy parecidas a las nuestras, y del cual no me he separado desde entonces. En Nueva York también conocí a quien ha acabado siendo mi marido, que igual que yo andaba de postdoc en tierras americanas. De esta etapa me quedo con el ambiente de amistad y compañerismo que encontré en el lab y entre la comunidad de postdocs españoles y también con la vibrante vida de Nueva York que aún hoy echo de menos.

Tras seis años fuera, y embarazada de 7 meses de mi primera hija, volví a Valencia a empezar mi propio grupo. De eso hace ya más de seis años y desde entonces ha llegado también mi segunda hija. Parece increíble lo rápido que pasa el tiempo, ha sido emocionante empezar el grupo, y una suerte poder compartirlo con los miembros del laboratorio que han creído y se han dedicado al proyecto tanto o más que yo. También ha sido duro compatibilizar hijos y trabajo. Por suerte, tener la familia cerca ha sido de gran ayuda. ¿Próxima parada? ¡Ya se verá!

Más sobre Nuria Flames Bonilla

Bio

Nací en Valencia en 1977. De pequeña me gustaba la ingeniería, probablemente por influencia de mi padre que era ingeniero industrial. Ambos fantaseábamos con la idea de montar coches eléctricos u otros cachivaches. Sin embargo, cuando empecé primaria, las clases de Biología despertaron mi interés sobre el funcionamiento de las «maquinas vivas» y mi fantasía de mecánica se desvió a la ingeniería genética.

Mis padres me transmitieron el orgullo al trabajo bien hecho, el creer en que se pueden alcanzar tus objetivos y el amor por la familia. Mi hermana mayor siempre fue mi protectora y la que me hacía reír si me hacía una herida.

Estudié Biología en la Universidad de Valencia y mi primer contacto con la Neurobiología fue gracias a una beca de estudiante del CSIC que me permitió pasar unos meses en el laboratorio de Jesús Ávila en Madrid. Recuerdo esa etapa con gran cariño, me sentí muy acogida, dentro y fuera del laboratorio  de Jesús guardo una frase que me acompaña y ayuda desde entonces: «Inaccesible al desaliento».

Por distintas carambolas del destino conocí a Oscar Marín en San Francisco, cuando aún era investigador post-doctoral allí. Me fascinó su trabajo en Neurobiología del Desarrollo y le propuse que me «adoptara» como su primer estudiante de doctorado. Pasamos 9 meses en San Francisco trabajando juntos hasta que Oscar (y yo con él) se mudó al Instituto de Neurociencias de Alicante a formar su propio grupo. De todos mis años de trabajo en el laboratorio, nunca he trabajado tan a gusto y me he reído tanto como en esta época.

Tras acabar mi tesis doctoral en Alicante me mudé a Nueva York, al laboratorio de Oliver Hobert, donde conocí y me enamoré del modelo animal C. elegans, un pequeño gusano con neuronas muy parecidas a las nuestras, y del cual no me he separado desde entonces. En Nueva York también conocí a quien ha acabado siendo mi marido, que igual que yo andaba de postdoc en tierras americanas. De esta etapa me quedo con el ambiente de amistad y compañerismo que encontré en el lab y entre la comunidad de postdocs españoles y también con la vibrante vida de Nueva York que aún hoy echo de menos.

Tras seis años fuera, y embarazada de 7 meses de mi primera hija, volví a Valencia a empezar mi propio grupo. De eso hace ya más de seis años y desde entonces ha llegado también mi segunda hija. Parece increíble lo rápido que pasa el tiempo, ha sido emocionante empezar el grupo, y una suerte poder compartirlo con los miembros del laboratorio que han creído y se han dedicado al proyecto tanto o más que yo. También ha sido duro compatibilizar hijos y trabajo. Por suerte, tener la familia cerca ha sido de gran ayuda. ¿Próxima parada? ¡Ya se verá!

Objeto con el que más trabaja:

Gusano

Proyecto ERC (STG): «Serotoninanddisease»:

Muchos trastornos mentales están relacionados con la disfunción de la serotonina, pero el mecanismo exacto que subyace a estos trastornos, no se comprende bien.

Los trastornos mentales relacionados con la serotonina (SRMD) son multigénicos, lo que dificulta la identificación de estos mecanismos. Las mutaciones en el motivo serotoninérgico pueden conducir a defectos en la expresión de los genes serotoninérgicos, lo que resulta en una neurona serotoninérgica disfuncional.

Vamos a construir una base de datos de todos los motivos humanos serotoninérgicos y buscaremos mutaciones en estos sitios en pacientes con SRMD.

Grupos de investigación:

http://www3.ibv.csic.es/index.php/es/investigacion/patologia/und
http://www3.ibv.csic.es/index.php/es/cvnflames

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